6/17/2006

EL ABORTO, ENTRE LA LEGALIDAD Y LA INMORALIDAD

Por: Andrés Felipe Ochoa V


Aquella noche del 10 de mayo cuando se conoció la decisión de la Corte Constitucional a favor de tres casos especiales para el aborto, los primeros en rasgarse las vestiduras y poner el grito en el cielo o más bien en los medios, no fueron otros que los honorables ministros de la Iglesia Católica. Los sacerdotes y toda su jerarquía de inmediato aparecieron reprochando la “nefasta” situación.

Hablaron del tema como si se tratara de una ley que sin ninguna consideración obliga a las mujeres a abortar. De nuevo apareció la terrible imagen del Todo Poderoso que siempre nos vigila y está atento a castigarnos ante la más mínima sospecha de pecado. Ese mismo que durante siglos la Iglesia ha utilizado para mantener a la sociedad sumisa ante sus pies.

Sin embargo, aunque muchas fueran las quejas, reclamos, reproches e incluso excomuniones, en ninguna de sus voces se escuchó la iniciativa, que para la Iglesia y sus ministros debería ser deber, de ayudar con la formación y educación de las niñas y mujeres que se ven afectadas por cualquiera de los casos aprobados, para que realmente sean ellas y solo ellas quines tomen una decisión con criterio y responsabilidad.

Por su puesto, en una sociedad puritana e hipócrita como la nuestra resulta más sencillo y económico reprochar y prohibir. A quién le importa el sufrimiento de las personas, de las mujeres que han sido violentadas, de las que ponen en peligro su propia vida, de las que sufren cada día sabiendo que traerán al mundo un niño, que por mas que se evite, sufrirá humillaciones por su condición.

Porque esa misma sociedad que se escandaliza y reprocha el aborto, es la misma que le da la espalda a los niños con deformaciones, la misma que impide que su hijos normales se acerquen a ellos y como si fuera poco en algunas ocasiones se atreven a decir cosas como: “Quién sabe qué harían los papas cuando el muchachito les salió así”.

El caso es que éste tema es solo el primero de muchos otros que la sociedad colombiana deberá afrontar, y no está muy lejos el día en que la Corte Constitucional se reúna de nuevo, está ves para hablar de la despenalización total del aborto y otros temas que sin duda las sociedades de todo el mundo ya comienzan a estudiar, como es el caso de la eutanasia y la despenalización o no de la drogas. Ojala que para entonces nos quitemos la mascara moralista y pecaminosa que sabe juzgar pero no analizar y comprender.

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